Me duele el talón

Cuando me duele el talón es importante realizar un diagnóstico diferencial certero en función de las entidades anatómicas afectadas. Debemos diferenciar entre:

1) Tendinitis Aquílea.

¿Qué es? Es cuando el tendón que conecta la parte posterior de la pierna al talón está inflamado o con dolor cerca de la parte inferior del pie. Este tendón se denomina tendón de Aquiles y se usa al caminar, correr y saltar.

¿Por qué? Es una lesión muy frecuente en corredores que aumentan rápidamente el ritmo de entrenamiento, que corren por superficies extremadamente duras o tienen que renovar zapatillas. Pero también incide la estructura del pie, aquellos pacientes que no tienen suficiente rango de flexión dorsal de tobillo, o vuelcan en exceso el pie hacia dentro o hacia afuera y el tendón trabaja con un vector de tracción desfavorable.

¿Cómo tratarlo? Para tratarlo hay que averiguar el porqué (o los porqués) de su caso en concreto y facilitar el trabajo al tendón. En ocasiones subir ligeramente el talón, en otras ocasiones amortiguar más, en otras ocasiones sujetar el pie.

2) Espolón de calcáneo

¿Qué es? Es una osificación en la cara plantar del calcáneo (talón) debida a un exceso de tensión mantenido en el tiempo por la fascia plantar. El espolón en sí no tiene por qué ser doloroso, cuando duele es porque la zona alrededor esta inflamada (por exceso de tensión de la fascia y por impacto).

¿Por qué? El que tengamos un espolón visible radiográficamente es un signo de que la fascia plantar y el tubérculo plantar del calcáneo han estado sufriendo años atrás.

¿Cómo tratarlo? Si no duele no hay que tratarlo, si duele hay que buscar la causa del dolor (ver fascitis insercional.)

3) Fascitis insercional

¿Que es? Es una inflamación de la fascia plantar en su zona más débil (en su inserción en el calcáneo), esta inflamación suele irse acumulando a lo largo del día con el movimiento y presenta su mayor dolor después de un periodo de reposo (los primeros pasos de la mañana o después de estar sentado un rato).

¿Por qué? Tenemos una lesión en una estructura que no para de trabajar, en cada paso el talón soporta nuestro peso y cuando hacemos el despegue (el juego de los dedos) la fascia sufre muchísima tracción. Si además tenemos algún factor agravante como sobrepeso, volcar los pies hacia dentro o un primer metarsiano demasiado dorsiflexionado, el ciclo inflamatorio no se corta con facilidad.

¿Cómo tratarlo? Realizando un diagnóstico de las fuerzas que están produciendo la sintomatología, ya que en cada paciente son diferentes (hay pacientes que tienen mucho impacto y hay que amortiguar mucho, otros pacientes tienen mucha pronación y tenemos que sujetar mucho el pie). Por eso los tratamientos “standard” para la fascitis no suelen ofrecer buenos resultados. Cada pie debe ser evaluado biomecánicamente y ejercer un tratamiento personalizado que incluya eliminar la inflamación actual y prevenir que siga acumulándose inflamación y daño tisular.

4) Bursitis

¿Que es?  Es una inflamación de la bolsa serosa del calcáneo, puede ser plantar (similar a la sintomatología de la fascitis insercional) o posterior cuando se inflama la bosa serosa del tendón de Aquiles.

¿Por qué? Siempre por causa mecánica, el tendón de Aquiles tiene excesivo trabajo por una mala alineación mecánica, por un exceso de impacto, por un roce excesivo del contrafuerte del calzado …

¿Como tratarlo? Con medidas antiinflamatorias (orales, infiltraciones, frío …) y de control de esa mala alineación mecánica o exceso de impacto o roce.

5) Periostitis tubérculo lateral

¿Qué es? Es una inflamación de la membrana que recubre el hueso (en este caso el calcáneo) en la zona plantar y lateral.

¿Por qué? Ocurre en pacientes que vuelcan los pies en exceso hacia afuera (supinadores) o con un eje lateral o con unas tibias con excesiva angulación en varo.

El problema es que existe un impacto fuerte de la zona lateral del calcáneo, sin que se produzca atenuación del mismo por el movimiento natural de pronación.

Suele ocurrir en pacientes que corren por suelo muy duro, con poca amortiguación en la zapatilla.

¿Cómo tratarlo? Aumentando la amortiguación en la zapatilla, cambiando de suelo de entreno, y con ortesis plantares que aumentan la superficie de contacto y limitan el impacto en esa zona.